Teoría del campo unificado: Tabla periódica

Capítulo 6

Todo comienza como cualquier día: "Por ningún lugar encuentro mi cuaderno, este estudio es un desorden", hasta un paquete de galletas hay en el piso, y al agacharme a recogerlo veo bajo el sofá a la tabla periódica, la recojo en primera instancia para colgarla (sin los lentes la veo borrosa), veo los bloques de colores de los cuánticos secundarios: s 2 d 10 p 6 y     f 14 separado, se sacudió mi cerebro, lo vi cual si fuesen piezas parcialmente ordenadas del juego de bloques deslizantes y me puse a jugar.

Tabla periódica clásica

(En la figura superior duplicada la clásica tabla periódica tanto en símbolos como en números atómicos para su mejor observación, con S en verde, d en celeste, p en magenta y separadamente f en amarillo).

Lo primero que hice fue tabular ordenadamente a los cuánticos secundarios s2, p6, d10, f14 como columnas (en orden cuántico secundario creciente de izquierda a derecha, cumpliendo con el criterio vigente para la época de que todo período comienza con un nivel s2, y como filas, al orden de aparición y llenado (una casilla por fila), demarcándola con el cuántico principal al que pertenece (letra y un color), obteniendo la siguiente tabla:

Tabulación por orden de aparición

Esto si está clarito, se ven varias relaciones gráficas muy interesantes; primero aparece K s2, seguidamente L s2, L p6 apreciando por primera vez las diagonales cuánticas principales (una por color) de izquierda a derecha, luego le sigue M s2, M p6 ¡epa! Se ve que la diagonal de M está truncada faltando el M d10 para ser completada y proseguir con N. Resulta que N s2 se encuentra entre M p6 y M d10, pero, tales interrupciones subsecuentes ponen en manifiesto las diagonales descendentes de derecha a izquierda que indiscutiblemente han de ser los períodos (Me atreví a introducir al R s2 para completar al octavo período, ya, que, indiscutiblemente, se observa, que, todo período debe terminar en un nivel s2), con un poco de atención podemos observar que las diagonales cuánticas N y O son caras de una simetría refleja K L M N -O P Q R; También observamos que los períodos se presentan en pares, donde. al formarse un nuevo par, estos deben poseer un cuántico secundario extra; vemos que los períodos son de derecha a izquierda con sus elementos en orden creciente de izquierda a derecha, y, ya que, estamos acostumbrados en la civilización occidental a escribir de izquierda a derecha. A esto hay que darle la vuelta, invirtiendo solamente los cuánticos secundarios. (Cuántas cosas están al revés; hasta el polo norte es el sur magnético.)

Giro de la tabulación

Ahora se dejan caer para quedar superpuestos los bloques secundarios y alineados los períodos. (Ya ordené las fichas, gané, ganamos con un simple y metódico razonamiento.)

Tabulación girada de la tabla

Tenemos, ocho períodos, con los cuánticos primarios vistos por primera vez con un real ordenamiento "en gradas" y los secundarios perfectamente ordenados numéricamente de forma decreciente, sin bloques cuánticos separados, los elementos en perfecto orden creciente y la división simétrica de los cuánticos principales; ahora comprobemos su consistencia con la clásica: De los bloques cuánticos secundarios de la tabla periódica vigente, sólo están ordenados el d10 y el p6 (cuerpo principal, el cual no ha variado), luego, los desordenados son el bloque s2 que lo colocamos a la derecha y una fila hacia arriba respecto a p6 y el bloque f14 debe ser colocado a la izquierda del d10; pero, tal como se tiene ordenado los elementos en la tabla clásica, los dos primeros elementos de las dos series pertenecientes al bloque cuántico secundario f14 vienen precedidos de un primer elemento del bloque d10, tal como si estos dos elementos (Lantano y Actinio) fuesen apuntadores de dichas series, tanto así, que éstas llevan sus nombres (serie Lantánida y serie Actínida), y estos elementos al igual que todos los de ambas series f poseen la misma valencia 3, y cada serie y su elemento insignia poseen similares propiedades y comportamiento físico - químico; luego: Identificaremos al Lantano como elemento encabezador de su serie, y en su lugar (bloque d10) colocamos al antes último elemento de la antigua serie f14 correspondiendo tal honor al Lutecio, de igual manera trataremos a la serie Actínida y el Laurencio; con esto salvamos el escollo de tan clara dualidad (de 1 d + 14 f a 14 f + 1 d, los quince del patíbulo pertenecientes al grupo: IIIA); y me queda una carta, solo una por jugar, y por tenerla en la mano, voy a trancar el juego, es el AS R s2 para el octavo período cerrar y con el que puedo contar con ciento veinte niveles electrónicos que extraordinariamente coincide con mi modelo nuclear (con ciento veinte protones, uno para cada cual). ¿Otra casualidad? ¡O mera comprobación!

Un intermedio haré para explicar la cantidad de electrones que un cuántico secundario puede albergar.

LAS CEBOLLAS

Estratificación electromagnética

⇐ El campo eléctrico estratifica al magnético y frena proporcionalmente el paso de espacio a los sumideros del nucleón (efecto electrostático sobre el efecto magnético), el neutrón libre posee un menor efecto magnético que el protón (ya que los TEMM de ambos poseen el mismo poder tensionante y/o polarizador, por ende al poseer menor masa el protón el efecto magnético remanente o manifiesto al exterior del TEMM es más notorio); la influencia del campo eléctrico del protón logra estabilizar al neutrón ya que también se estratifica el campo de éste, además influye la existencia del efecto del enlace formado (enlace fuerte) lográndose el punto de equilibrio (estabilidad) cuando la cantidad de energía emitida es igual al equivalente másico de espacio absorbido por los nucleones involucrados en la misma unidad de tiempo.

Imaginemos dos cebollas con las mismas características de forma y tamaño, una verde, la otra morada, a las que le ahuecamos cónicamente el penacho; seguidamente las partimos por la mitad en sentido meridiano y les quitamos la capa central ya que será hipotéticamente el alojamiento (ubicación geométrica relativa) del protón; a una le entresacamos las capas impares (físicamente es difícil pero no imposible (ver siguiente nota)) dejando las pares de adentro hacia afuera, luego corresponderá al substrato negativo ya que su capa más interior es la que cubrirá al núcleo (partícula positiva) y a la otra le dejamos las capas impares; vemos que las capas de una cebolla están separadas en el corte cónico y unidas en la zona de la raíz; colocamos un protón en el lugar del corazón de la cebolla y cerramos barajadamente con la otra, y ya tenemos los corredores permitidos y no permitidos para los leptones másicos; mientras poseen poca energía orbitan en la proximidad del corte (portal estrecho = -2e que corresponde al mínimo cuántico secundario), al aumentar su energía y por ende su velocidad, requiere una órbita mayor y por tanto ésta crece hasta ser ecuatorial; órbitas mayores dentro de su capa de confinamiento solo pueden ser elípticas acercándose un vértice del eje mayor de la elipse al sumidero que es de su misma carga y por tanto opositora (repulsiva), pero también por el otro vértice que es la zona donde las capas permitidas se unen (raíz de la cebolla morada, portal ancho = +4e que corresponde al diferencial entre cuánticos secundarios); si la elipse es lo suficientemente alargada, logra pasar a una capa más amplia ubicándose en una órbita permitida acorde a su energía en el corredor al cual ha ascendido; a medida que un leptón pierde energía disminuye su velocidad haciéndose circular hacia la zona del "corte de la cebolla", se vuelve el corredor cada vez más angosto a medida que se aproxima a dicho corte o portal estrecho = -2e (que en verdad el espesor equivale al diámetro virtual del electrón para esa energía adicional remanente y la densidad espacial en que se encuentra), al perder más energía se "sale" cayendo en una capa "prohibida" que lo repele y cae a la capa inferior que lo atrae, hacen que se desprenda (emisión) de una cantidad de energía y logre descender a la capa de origen (o intermedia en caso que la excitación haya sido suficiente como para que el electrón haya podido ascender más de una capa); vemos pues, que si no es suficiente la energía que recibe un leptón, éste no puede "ascender" orbítales; un leptón "excitado" tiende a radiar la energía de excitación ya que se comporta en parte como un mesón leptónico con su cuasimasa exterior indiscutiblemente positiva (para el electrón) que tiende a neutralizar la carga que manifiesta el electrón en proporción a la cantidad de cuasimasa exterior existente, por ello y por el nivel energético de excitación que demarca la contracción del toroide confinador es que queda explicada la dimensión virtual del electrón.

Cuando cae a la capa prohibida es porque ésta también es negativa, ya que su pseudo atmósfera es positiva y por tanto en la capa en que se encontraba, tiende a repeler la corteza extra y obliga a emitir energía a medida que se fusiona con el espacio negativo que obligadamente tiene que fluir, ya que el consumo de espacio por parte de los sumideros del nucleón continúa, y por tanto, los corredores no son exclusivos de un tipo de substrato (se entrecruzan), pero sí una predominancia de un substrato sobre el otro y de una manera dinámica (misma proporción de los substratos del fluido de ambos campos y de manera alternada), ya que ambos substratos en contacto (la pseudo atmósfera y el substrato negativo) se encuentran altamente tensionados (suficientemente densos) y poseen la misma dirección radial (el electrón descendiendo y el espacio estratificado de todas maneras colapsando al sumidero de substrato negativo del protón;, por lo tanto, se presenta la doble atracción que ya sabemos a que conlleva; es por todo esto que la energía radiada al descender de nivel es menor que la de excitación porque el resto ya ha sido irradiado mediante otro proceso o circunstancia); luego cada cuántico secundario tendrá una capacidad electrónica: = Pe + (N° Cuántico)* Pa; donde no olvidemos que Pe es menos dos electrones y Pa es más cuatro electrones, el cuántico s es el primero: s() = -2 + 1·4 = 2, luego s posee capacidad para dos electrones, los demás cuánticos a continuación: p() = -2 + 2·4 = 6, d() = -2 + 3·4 = 10, f() = -2 + 4·4 = 14. Comprobemos la posibilidad de un quinto cuántico secundario, g() = -2 + 5·4 = 18 electrones, lo que sería un nuevo par de períodos (9 y 10) con un total de 120 que llevamos más 100 que implican los dos nuevos períodos da un total de 220 niveles electrónicos que verificaremos si es posible en una variante del modelo de configuración nuclear propuesto (Ya que no se cuenta con otro); tenemos que ubicar a 100 protones adicionales a los 120 existentes.

Conclusión: no es nuclearmente concordante la existencia del supuesto secundario g(18); luego, queda confirmada la consistencia del modelo 120 tanto de niveles electrónicos como del número de protones del modelo nuclear, reservando el nombre de PERECIO para el elemento 120 si logran sintetizarlo con ≤ 200 neutrones (isótopos) y/o ser superconductor a cualquier temperatura (ya que ha de poseer todos los niveles electrónicos llenos).

Volviendo a este nuevo ordenamiento periódico, se aprecia una configuración de capas similar a la cebolla, coloreamos las capas y analicemos su tabulación para ver a que nos lleva.

Coloreado por capas

Es de esta manera en que se aprecian los períodos, y con la que voy a trabajar, pero ordenaré los bloques para sincronizar (alinear) a los cuánticos primarios y mejor podrás apreciar, las capas de la cebolla que pronto verás pelar.

Alineación por cuánticos primarios

Simetria de las capas

Ahora mejor se aprecia una sección radial, que girada me parece una esfera ha de formar, tabulemos a las capas para ver que pasa.

Se esperaba la simetría de los primarios con sus secundarios en forma decreciente (diagonales, mismo color), también en orden descendente a la izquierda y ascendente a la derecha (para cada secundario, aunque ya estaban ordenados por la simetría del mismo; pero lo mismo sucede con los cuánticos principales, fíjese las letras KLMN y OPQR en la cúspide y a los lados de la línea de simetría), es notable que tan extraordinaria simetría sea a partir de una asimetría donde los números de los períodos del lado izquierdo van de dos en dos de manera creciente (de izquierda a derecha por capa); mientras el lado derecho, corresponde a un mismo período (siendo par si la secuencia de los de la izquierda de la misma capa corresponde a impares, e impar si la izquierda es par), siendo por este concepto totalmente asimétrico (a simple vista, pero esto pudiese tener otro tipo de simetría, ya que parece que guardan los lados una relación matricial).

Al menos me parece que ésta tabla propuesta posee mucho mejor ordenamiento cuántico y de todo tipo que a la que tienen como cierta. (Tengo suerte porque a nadie antes se le ocurrió tal válida tabulación desde cualquier punto de vista y develar los patrones que la conforman y la rigen, además consolida a mi modelo nuclear que es proveniente de otro cuento.)

NOTA: Cocina un poco las medias cebollas y te será más fácil entresacar y barajar las capas con un poco de mayonesa.

Representación esferica (artística)

De momento aquí les muestro, un artístico rosario cuántico secundario (de abajo hacia arriba).

CUÁNTICORALEJA: Si se cuenta con de TODO un poco, el conocimiento previo junto a la lógica y la imaginación, han de permitir descifrar su fundamento.

Nueva tabla

Si logramos implosionar a elementos Lantánidos (tierras raras N f14) los que corresponden a media superficie esférica del ordenamiento nuclear, y en un medio saturado de neutrones, sería factible la sintetización del premio mayor del Universo, el gran superconductor 120P 200N; por lo que utilizar gran parte del material fuso y fisionable a disposición para simular la condición de una explosión supernova de una estrella de segunda generación, debemos acorazar (fuerte blindaje externo) a bombas neutrónicas a base de Tritio (isótopo de Hidrógeno con dos neutrones) en las que introduzcamos en su centro material de la serie 3 (tres pentágonos cerrados que corresponde a la media esfera nucleónica al cual pertenece el bloque Lantánido, primordialmente el Neodymium 60 Nd 150 que marca el fuerte corrimiento o rotura de la barrera existente de los 82 neutrones (del cual cuenta con el isótopo 142), Samarium 62 Sm 154 y Gadolinium 64 Gd 160 donde son estos los más recomendados por su alta proporción de neutrones, a menos que se tenga a disposición isótopos más másicos (por bombardeo neutrónico aunque sean radiactivos) y del cual no tengo información, ya que con la que he contado es limitada), que casualidad, lo recomendado también es escaso. Otra posibilidad es intentar con elementos de la serie cuatro y la serie dos, es más difícil el encaje pero es otra alternativa; como punto de partida tenemos al Hafnium 72 Hf 180 como representante de la serie cuatro y al Cadmium 48 Cd 116 como representante de la serie dos, aliñado con Paladium 46 Pd 110 e Ytterbium 70 Yb 176 amalgamado con Mercury 80 Hg 204, y EUREKA! sintetizamos al superconductor 120 (en cambio las bombas neutrónicas las tenemos para autodestruirnos, pero, en parte, eso pronto cambiará). Dios no juega con los dados, pero, es el dueño del Casino.

NOTA: Utilicemos las bombas del desarme mundial para el progreso de la Humanidad.

Ingeniero Carlos Alberto Pérez Rodríguez

Autor y responsable del presente artículo: Ingeniero Carlos Alberto Pérez Rodríguez

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Venezuela Sur América.

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