Adaptación: La latencia, condiciones ambientales rigurosas

La latencia, estado en el que las plantas pueden soportar condiciones ambientales rigurosas, permite a las angiospermas resistir los períodos de sequía o de frío inadecuados para el crecimiento vegetal. Las angiospermas se clasifican en anuales, bienales y perennes, dependiendo de si el cuerpo de la planta muere al final de una estación de crecimiento (anual), después de dos estaciones (bienal), o si las porciones vegetativas del cuerpo de la planta persisten año tras año (perenne).

Durante el desarrollo, las semillas adquieren resistencia a la desecación y cuando están maduras se encuentran en estado de latencia. Algunas especies tienen semillas que no toleran la deshidratación; se las denomina recalcitrantes. Las semillas latentes se encuentran listas para la germinación, pero necesitan una combinación adecuada de factores externos para poner en marcha la maquinaria metabólica de la semilla.

Las semillas maduras de muchas plantas no germinan inmediatamente después de su dispersión, aunque encuentren condiciones externas favorables, debido a restricciones internas para la germinación. En esos casos, se dice que las semillas se encuentran en estado de dormición. La dormición puede estar impuesta tanto por los tejidos que rodean al embrión, por causas inherentes al mismo tejido o por una combinación de ambos factores.

Una vez que se produce la ruptura de la dormición, las semillas entran en estado de latencia en el cual, si las condiciones externas son las apropiadas, se producirá la germinación. La ruptura de la dormición y su relación con factores ambientales permite que la germinación ocurra cuando las condiciones para el establecimiento exitoso de las plántulas sea más favorable.

Bibliografía:

Editor: Ricardo Santiago Netto (Administrador de Fisicanet).

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