Chambismo o pensamiento crítico en la labor docente
Por Carlos Rodolfo Fava Ruelas (Columnista invitado)
Jueves 22 de Septiembre de 2.011
La escuela es un escenario importante para impulsar el pensamiento crítico, pero las acciones formativas que dicen promoverlo en México, parecen perpetuar, en cambio, el pensamiento único.
Una de las actividades que tiene que cubrir el docente es la asistencia a cursos de formación contínua, entre los cuales destacamos ahora el recién impartido "Relevancia de la profesión docente en la escuela del nuevo milenio" [1], en el cual se planteó la necesidad de transformar la docencia bajo la lupa del pensamiento critico, en virtud de las exigencias y competencias que demandan los nuevos paradigmas de la mundialización de las economías.
Probablemente las anquilosadas mentalidades de los profesores hayan sentido, en el mejor de los casos, movimientos telúricos en su estructura cognitiva que probablemente los lleve a abrazarse al faro que ha iluminado su eterna noche y, a la vez, también aquellos bailarines de la "buena onda", esos que dicen estar a la vanguardia, se despeñen en las pistas de cualquier tugurio aplaudiéndoseles por ser simples raperos de semáforo. Ello es posible por su razón de estar como docente: La chamba; confirmando con ello que la actividad cognitiva y práctica áulica se mantengan, por inercia, en los cartabones del pensamiento único.
Ciertamente lo nuevo se construye desde lo viejo, verbigracia de una dialéctica que sin praxis la antítesis o revolución no es posible; mejor dicho, preferiría escuchar la verdad de un anciano campirano en alusión al naturalismo contemplativo de Francisco de Asís que a un profesor alineado y alienado por el corporativismo sindical y la tutela del Estado.
Ante la decadencia del sistema educativo mexicano y su anclaje sindical, en mar profundo las boyas se convierten en la tiranía del mencionado pensamiento crítico ante la esclerosis del docente.
La impetuosidad del pensamiento crítico baña todo lugar de lucha ideológica, por lo tanto, la escuela, hasta hoy, es un escenario importante, pero no el único, para impulsar el pensamiento crítico debido a que ésta constituye un centro cultural y formador de cuadros de obreros de cuello azul y blanco. ¿Pero qué acaso la formación de obreros en las escuelas y el nuevo pensamiento no se oponen? Sí y no. Veamos.
SÍ, porque formar ciudadanos críticos conlleva una subversión del status quo dominante en la escuela, en la familia y en la comunidad, ya sea ésta laboral o de barrios; no, porque la forma específica en que se ha impulsado, o mejor dicho informado, el pensamiento crítico fue reducido o desvirtuado a nivel de planes de trabajo, administración escolar y guías para solucionar un problema organizativo, entre otros. [2]
Por otra parte, lo que se promovió o se anunció, no fue el discurso sino un enunciado del nuevo pensamiento a pesar de que algunas de las lecturas remitían a Phillipe Perrenoud [3] o Edgar Morín y muy tangencialmente a Kant, Hegel y Marx[4]. Con el análisis, por lo menos, de los dos primeros hubiese sido suficiente para dejar un precedente de lo que es necesario transformar en el mismo gremio en cuanto al plano político-cultural. Sin embargo, las formas operativas de dicho curso y discurso, quedaron en un andamiaje conservador y retardatario como antítesis del mismo pensamiento critico. Fue un paso adelante con flanco a la derecha. O sea, se preparan los nuevos cuadros para oponerse al cambio.
Ni hablar, otro tiempo perdido y otra oportunidad desperdiciada para que el profesor se desembarace de su ostracismo ideológico.
Ante tal situación de involución del docente, que queda descobijado y vulnerable, y muy probablemente por la forma y contenido de la información sobre otra latitud del pensamiento, llegará a desarrollar una animadversión hacia aquél pensamiento que busque transformar los contenidos y formas de la enseñanza académica; en otras palabras, tales formas de "preparar" al colectivo docente es recrearles, una vez más, su ideología antidemocrática y pereza intelectual ante los cambios que requiere la educación y la sociedad entera.
En México es un deporte ya conocido del gobierno, empresarios y medios de comunicación agredir al colectivo docente culpándolo del atraso educativo de jóvenes y niños, y es tan profunda la alienación de los maestros, que, a pesar de pertenecer a una corporación nacional (SNTE) no tienen capacidad de respuesta. Por lo tanto, es inferible que el maestro, tanto en lo individual como en lo colectivo, siga mediocre mientras no vea atentado su "confort", el cual es producto de luchas economicistas contra el aparato gubernamental; o se acreciente la escalada de violencia del país y sea la misma sociedad que lo arrastre a la toma de conciencia social. Esto último sería lo más probable como sucede actualmente en Chile.
[1] En alusión al curso básico de formación contínua para maestros en servicio 2.011. "La relevancia de la profesión docente en la escuela del nuevo milenio". Textos recomendados para la lectura. Curso intensivo Agosto 2.011.
[2] Véase la antología citada. p.57. "La mini guía para el pensamiento crítico. Conceptos y herramientas". Dr. Richard Paul y Dra. Linda Edler.
[3] Véase la antología citada p. 1. "De la práctica reflexiva al trabajo sobre el habitus", Phillipe Perrenoud.
[4] Véase la antología citada pág. 41. "Acercamiento al desarrollo del pensamiento crítico, un reto para la educación actual", Javier Ignacio Montoya.
Carlos Rodolfo Fava Ruelas es egresado de la Facultad de Economía con especialidad en Finanzas Empresariales. Actualmente se encuentra cursando el posgrado en Educación. Ha sido Presidente de la Academia Historia de las Américas del Bachillerato Internacional, Área de Economía Nacional, Comercio Internacional, Historia, Filosofía, Pedagogía, con práctica en escuelas de formación docente. Actualmente ejerce como profesor en el nivel secundario.
Enviado por: Rolando Francisco Montero Ramos.
Autor: Carlos Rodolfo Fava Ruelas.
Editor: Ricardo Santiago Netto (Administrador de Fisicanet).
Artículo de educación