El desarrollismo y la creación del C.O.N.E.T

Pineau, Pablo. En Historia de la Educación Argentina Tomo VII: Dictaduras y utopías en la historia reciente de la educación argentina (1.955-1.983)

En los 40 se había creado un circuito paralelo al oficial con una fuerte impronta espiritualista y a partir de demandas de ciertos grupos y sectores sociales: C.N.A.O.P. y D.G.E.T. La primera propuesta invertía los lugares clásicos de educado y educador y ubicaba a los sectores obreros en los lugares de emisión y contralor, interpelaba a los sectores obreros no sólo como mano de obra sino como sujetos sociales y pedagógicos al incluir lo político y cultural. Con respecto a la segunda propuesta el autor señala que no se menciona la participación diferenciada de los sectores, su promoción y los significantes sociales.

Las posteriores lecturas desarrollistas tenían que dar una respuesta a la relación educación- trabajo y evitar la vuelta de los vencidos.

Hipótesis: "Estas propuestas (desarrollistas) derogaron la promoción social de los grupos involucrados y las subversiones al sujeto pedagógico sarmientino y se basaron en … elementos previos al peronismo que éste no había sido capaz de extirpar" (jerarquía de saberes del imaginarios cultural, la preeminencia del currículo humanista) " y el confinamiento … de la experiencia de articulación entre educación y trabajo a los bordes del sistema educativo" Su expresión máxima fue el Sistema Dual creado por el Proceso. Su resultado fue paradójico: "el proyecto educativo más vinculado a la industrialización vinculada a la extracción de plusvalor surge cuando dicho modelo e acumulación ya se había agotado".

El desarrollismo y la creación del C.O.N.E.T.

El desarrollismo y el funcionalismo (impulsados por organismos internacionales) comprendieron a las sociedades en términos de desarrollo y subdesarrollo, sociedades modernas y tradicionales. El desarrollismo (D) implicó una nueva modernización basada en los cambios económicos (industrialización semipesada e ingreso de nuevos capitales internacionales) y en la modificación de pautas sociales: La evolución histórica del país había creado un fenómeno aberrante, el peronismo, para pensar el futuro había que eliminar el pasado (lógica sarmientina). Se avanzaba hacia un modelo basado en la acumulación de plusvalor mediante una nueva sustitución de importaciones (desde 1.975 sustitución por una acumulación de corte financiero).

Las ramas de mayor expansión, en este desarrollo desarmónico, fueron: La siderurgia, la automotriz y la petroquímica. Las pautas productivas reinantes eran las del taylorismo y las del fordismo.

Las pedagogías espiritualistas fueron reemplazadas por posturas tecnocráticas economicistas: teoría del capital humano, que implicó la interpelación a un nuevo sujeto pedagógico: asocial, individualista, racional y planificador.

Dentro de este marco se crea el C.O.N.E.T. y se normaliza la U.O.N. En el 55 son intervenidas la C.N.A.O.P., la U.O.N. y la U.T.N., hasta 1.959 convivieron las dos primeras. Se crea el C.O.N.E.T. argumentando en pro de la eficiencia la superposición de funciones y acciones de la C.N.A.O.P. y la D.G.E.T., revitalizando la postura de la segunda (más tecnocrática) por el D y en detrimento de la primera. El C.O.N.E.T. tuvo la dirección, supervisión y organización de la educación técnica y la formación profesional en todo el país (la cantidad de representantes obreras en su gobierno: sólo uno). También rompió la unidad del circuito al desvincularlas de la U.O.N.

En 1.963 puede ubicarse el primer intento de reordenamiento del C.O.N.E.T.: se establece una nueva organización administrativa y curricular, las escuelas medias para adolescente son unificadas como E.N.E.T. (se cierran todas las heredadas de la C.N.A.O.P.). Una visión humanista clásica impregnaba el currículo y reproducía las jerarquías clásicas entre saberes puros y aplicados, entre teoría y práctica. En el imaginario D la vinculación entre educación y trabajo se producía por la aplicación de los conocimientos. Hacia 1.971 se crean cursos para adultos, adolescentes, mujeres, especiales y de form. permanente para egresado de 3° año y con un año de duración. En ese año también se modifica la ley fundante: se orienta más hacia la formación tecnológica perdiendo el tinte espiritualista buscando una racionalización del sistema en búsqueda de mayor eficiencia y la garantía de acceso a todos los sectores (vincular con campañas contra el analfabetismo).

El autor resume los primeros veinte años del C.O.N.E.T. a partir de dos elementos: el sistema educativo oficial tradicional perdió su capacidad de innovación y las disfunciones del sistema (repitencia, abandono, etc.) aumentaron significativamente en la enseñanza técnica.

La característica de organismo autárquico del C.O.N.E.T. no se vincula a la posibilidad de hacerlo más descentralizado y participativo sino a la oposición del sistema tradicional a otorgar espacios dedicados a la producción y el trabajo.

El Sistema Dual: una nueva y más efectiva respuesta.

En 1.980 se comienza a implementar, el diagnóstico en el que se basaba era el desfasaje entre los avances científico y tecnológicos incorporados al trabajo por las empresas y las prácticas y saberes que circulaban en el sist educativo. Era necesario pensar en alternativas que vincularan la educación con los lugares de trabajo, así el estado se corría del rol de principal proveedor para compartirlo con empresas privadas (siguiendo la recomendación de org. internacionales). El régimen era: dos días en la escuela y tres en la empresa, ésta otorgaría una beca; los egresados tenían el título de Auxiliar Técnico y no se le permitía e ingreso a la universidad. El concepto pedagógico era aprender haciendo, el lugar del hacer era el trabajo.

Esta propuesta retoma elementos ya presentes en el discurso pedagógico: espiritualista (hombre y comunidad como pilares de sistema) y la comprensión de la sociedad como un todo armónico (funcionalismo). El Sistema Dual también implicó la reducción del concepto trabajo a empleo y comprendía a las prácticas educativas como el mejoramiento tecnológico necesario para aumentar el plusvalor.

Este modelo se desarrollaba junto a una política antindustrial (apertura de mercados, fomento de importaciones, eliminación de la protección a la industria local y una pauta cambiaria desfavorable) y junto a las nuevas normas económicas de la escuela de Chicago (teorías monetaristas) que implicaban privilegiar el sector financiero. De esta manera el panorama económico difería fuertemente del imaginado por el Plan Dual.

Algunas reflexiones finales

En 30 años dos elementos se conjugaron para obturar la propuesta triunfante: La preeminencia de un imaginario cultural hegemónico que relegaba a un plano menor los conocimientos vinculados al trabajo y la prohibición de heredar o reelaborar cualquier elemento del peronismo. Así se redujo trabajo a empleo.

Editor: Ricardo Santiago Netto (Administrador de Fisicanet).

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