Los Hititas
En hebreo, Hittim. Antiguo pueblo de Asia Menor y Oriente Próximo, que habitó la tierra de Hatti en la meseta central de lo que actualmente es Anatolia (Turquía), y algunas zonas del norte de Siria.
Los hititas, cuyo origen se desconoce, hablaban una de las lenguas indoeuropeas. Invadieron la región, que comenzó a ser conocida como Hatti, hacia el 1.900 a.C. e impusieron su idioma, cultura y dominio sobre los habitantes originales que hablaban una lengua aglutinante que no pertenecía al tronco indoeuropeo.
Reino Hitita
La primera ciudad establecida por los hititas fue Nesa, cerca de la actual Kayseri, Turquía. Poco después del 1.800 a.C. conquistaron la ciudad de Hattusa, cerca de la moderna Bogazköy. Sólo se tienen conocimientos de la historia hitita hasta el siglo XVII a.C. cuando el líder Labarna (que reinó hacia 1.680 - 1.650 a.C.) o Tabarna, fundó el denominado Antiguo Reino Hitita, convirtiendo a Hattusa en su capital. Labarna conquistó prácticamente toda la Anatolia central y extendió sus dominios al mar Mediterráneo. Sus sucesores aumentaron las conquistas hititas hacia el norte de Siria.
Mursil I (que reinó hacia 1.620 - 1.590 a.C.) conquistó lo que es actualmente Alepo, en Siria, y arrasó Babilonia hacia el 1.595 a.C. Al asesinato de Mursil siguió un período de luchas internas y debilidad externa que finalizó durante el reinado del rey Telibinu (que reinó hacia 1.525 - 1.500 a.C.). Para asegurar la estabilidad del reino, promulgó una estricta ley de sucesión y adoptó medidas contundentes para suprimir la violencia. De los sucesores de Telibinu únicamente se conocen sus nombres.
Nuevo Reino Hitita
El denominado Nuevo Reino Hitita fue fundado hacia el 1.450 a.C. Uno de sus miembros más importantes, el príncipe real Subbiluliuma (que reinó hacia 1.380-1.346 a.C.), usurpó el trono durante un período de invasiones extranjeras. Después de liberar su país y derrotar a su principal enemigo, el reino de Mitanni al norte de Mesopotamia, condujo sus ejércitos más allá de Siria. Allí sus conquistas fueron sencillas por el debilitamiento del poder egipcio durante el reinado del faraón Ajnatón, también denominado Amenhotep IV (o Amenofis IV). De este modo, el reino Hitita bajo Subbiluliuma se convirtió en un gran imperio que rivalizó con el poder de Egipto, Babilonia y Asiria. Tras la muerte de Subbiluliuma, los hititas consiguieron mantener la mayor parte de su imperio, aunque sólo mediante guerras continuas. Durante los siglos XV y XIV a.C. sus posesiones se extendieron hacia el oeste, hasta el mar Egeo, hacia el este hasta Armenia, hacia el sureste hasta Mesopotamia superior, y hacia el sur hacia Siria hasta el actual Líbano.
Durante la segunda mitad del siglo XIV a.C., los hititas mantuvieron continuos conflictos con Egipto. Estos dos grandes poderes lucharon para controlar Siria hasta la batalla de Kadesh (Qades), en Siria, entre el rey hitita Muwatalli (que reinó hacia 1.315-1.296 a.C.) y el faraón egipcio Ramsés II. Aunque Ramsés obtuvo una gran victoria, los hititas continuaron manteniendo sus posesiones en Siria. El rey hitita Hatusili III (que reinó hacia 1.289-1.265 a.C.) firmó un tratado de paz con Ramsés años después y lo selló dándole a su hija en matrimonio. Posteriormente, las relaciones entre hititas y egipcios siguieron siendo amistosas, hasta que el Imperio Hitita cayó poco después del 1.200 a.C. en manos de los invasores denominados Pueblos del Mar.
Ciudades-estado hititas
A la caída del imperio siguieron la confusión y los conflictos. Posteriormente, una serie de ciudades-estado hititas surgieron al sureste de Anatolia y norte de Siria, la más famosa de ellas fue Karkemish. Estos estados estaban poblados por un grupo étnico mixto denominado siro-hitita, compuesto principalmente de hititas, de pueblos del antiguo Imperio Hitita y de los primeros habitantes de ambas zonas. Los gobernantes siro-hititas utilizaban el idioma luvita escrito en jeroglíficos. Algunas de estas ciudades estado fueron conquistadas en el siglo X a.C. por los arameos; el resto se convirtieron en provincias del Imperio Asirio bajo Sargón II, hacia el 715 a.C. Incluso después de que los asirios conquistaran todo Siria, aún la denominaban Hatti.
Ciudades-estado hititas
Primeros documentos y traducciones
Las primeras fuentes importantes sobre los hititas proceden de documentos egipcios, principalmente los de la XIX Dinastía, y de pasajes de la Biblia. El primero de estos pasajes, en los que a los hititas se les denomina "Hijos de Heth", probablemente se refieren al período del Reino Hitita. Pasajes posteriores aluden a los siro-hititas.
En 1.906, en unas excavaciones en Bogazköy, se descubrieron los archivos reales de los hititas. Este descubrimiento suscita dudas acerca de muchas evidencias egipcias. Por ejemplo, algunas contiendas militares se mencionan como victorias para los hititas, mientras que en los documentos egipcios, las mismas contiendas se identifican como derrotas hititas. El descubrimiento de los archivos fue particularmente importante porque permitió a los eruditos descifrar la lengua hitita, y además se revelaba información sobre aspectos anteriormente desconocidos de la cultura, como su organización política, legislación, religión y literatura.
La mayoría de los textos encontrados en los archivos estaban escritos en lengua hitita, aunque los tratados y las cartas de Estado estaban escritas en acadio, idioma internacional del período. Otros textos estaban escritos en lengua hurrita del sureste de Anatolia y norte de Mesopotamia, idioma no relacionado con ningún tronco lingüístico conocido. Los hititas utilizaron el sistema cuneiforme de escritura adoptado de los babilonios, aunque también emplearon un sistema de jeroglíficos para inscribir un idioma muy relacionado con el hitita, probablemente un dialecto luvita. Aunque los jeroglíficos se utilizaron durante el período del imperio, la mayoría de las inscripciones pertenecen al período posterior a su caída. La literatura de los hititas estaba muy desarrollada, según muestran los documentos históricos y las narraciones.
Organización y éxitos
El rey hitita actuaba como sumo sacerdote, jefe militar y juez principal de la tierra. Durante el Antiguo Reino era asesorado por el pankus, consejo asesor de nobles, que posteriormente desapareció. El reino estaba administrado por gobernadores provinciales que actuaban como sustitutos del rey. Los territorios situados fuera del reino, estaban frecuentemente gobernados como reinos vasallos estableciendo tratados formales con sus gobernantes.
Los éxitos más relevantes de la civilización hitita se encuentran en el campo de la legislación y de la administración de justicia. Los códigos civiles de los hititas revelan una gran influencia babilónica, aunque su administración de justicia es mucho más severa que la de los babilonios. Los hititas rara vez recurrían a la pena de muerte o a la mutilación corporal, características de otras civilizaciones del antiguo Oriente Próximo. Además, la justicia hitita se basaba fundamentalmente en el principio de restitución en lugar del de retribución o venganza. La pena por robo, por ejemplo, era la devolución del objeto robado y el pago de una recompensa adicional; la restitución en especie fue gradualmente sustituida por el pago en dinero.
La economía hitita se basaba en la agricultura. Los principales cultivos eran el trigo y la cebada, y los animales fundamentales el ganado vacuno y las ovejas. Los hititas también tenían reservas de minerales ricos, tales como el cobre, el plomo, la plata y el hierro. Sus técnicas metalúrgicas eran avanzadas para su época; puede haber sido el primer pueblo en trabajar el hierro.
Religión, arte y arquitectura
Los hititas veneraban a numerosas deidades locales. Una frase recurrente de los documentos de Estado es una invocación a los "miles de dioses de Hatti", venerados en Asia Menor antes y durante el período hitita. Los estudiosos han encontrado las influencias sumeria, babilónica, asiria, hurrita, luvita y otras extranjeras en el panteón hitita.
El santuario rocoso de Yazilikaya, cerca de Bogazköy, contiene una importante serie de relieves realizados en la roca. Los relieves representan dos largas procesiones de dioses y diosas aproximándose entre sí. La mayoría de los dioses no han sido identificados, aunque encabezando los dos lados de la procesión aparecen las deidades hititas más importantes: el dios tormenta, o dios del tiempo, y la diosa del Sol. Las excavaciones en el santuario mostraron un templo construido delante de una cámara; la otra cámara más pequeña parece haber estado dedicada al culto de un rey difunto.
La mitología hitita, como su religión, suponen una combinación de elementos que reflejan la diversidad de cultos dentro del reino. Son especialmente interesantes algunos poemas épicos que contienen mitos, originalmente hurritas con motivos babilónicos. Estos mitos tratan de las distintas y sucesivas generaciones de dioses que rigieron el universo y de un monstruo que retó al gobierno del último rey de los dioses. Son similares a los mitos griegos contenidos en la Teogonía (genealogía de los Dioses) del poeta griego Hesíodo y pueden haber sido sus prototipos. No está claro el modo en que los mitos llegaron a Grecia, pero es posible que se transmitieran durante el período Micénico griego (1.400-1.200 a.C.). Se sabe que los griegos micénicos viajaron al oeste de Anatolia y que comerciaron en la Siria hitita. Los documentos hititas se refieren a los contactos entre los gobernantes hititas y los del reino de Ahhiyawa, que algunos estudiosos han identificado con el país de los aqueos. Se transmitieran o no elementos culturales hititas al extranjero, muchos subsistieron en Anatolia hasta la llegada de los romanos a Asia Menor en el 190 a.C. Las deidades como la Gran Madre y el dios tormenta (denominado Júpiter Doliqueno por los romanos) todavía fueron veneradas en aquella época.
El arte y la arquitectura de los hititas fueron influidos prácticamente por todas las culturas coetáneas del antiguo Oriente Próximo, y especialmente por Babilonia. Sin embargo, los hititas alcanzaron cierta independencia de estilo que hace distinto su arte. Los materiales de los edificios eran normalmente la piedra y el ladrillo, aunque también utilizaron columnas de madera. Sus abundantes palacios, templos y fortificaciones se adornaron a menudo con relieves estilizados e intrincados, tallados en muros, puertas y entradas.
Hititas: procesión de doce guerreros. Relieve de Yazilikaya.
Luvita: (De Luvi, antigua región de Asia Menor). Se dice de la lengua anatolia, hoy extinta, que hablaban los luvitas.
Teogonía: Generación de los dioses del paganismo.
Bibliografía:
- Real Academia Española
- "Enciclopedia Microsoft ® Encarta ® 2.000"
Autor: Ricardo Santiago Netto. Argentina