¿Cómo funciona un microscopio electrónico?
• Responde: Isaac Asimov
Antes de contestar, planteemos la siguiente pregunta: ¿cómo determinamos el tamaño de un objeto?
Los rayos de luz que nos llegan desde los dos lados opuestos de un objeto forman un ángulo en la retina. Por el tamaño de ese ángulo determinamos el tamaño aparente del objeto.
Pero si esos rayos luminosos pasan por una lente convexa antes de incidir en el ojo, se doblan de tal manera que el ángulo formado en la retina se hace mayor. Por consiguiente, el objeto que vemos a través de la lente aparece agrandado, igual que cada una de sus partes. Lo que tenemos es una lupa.
Utilizando una combinación de varias lentes se puede aumentar un objeto miles de veces y ver claramente detalles que son demasiado pequeños para distinguirlos a simple vista. Lo que tenemos entonces es un «microscopio óptico», que trabaja con ondas luminosas. Con ayuda de él podemos ver objetos tan pequeños como una bacteria.
¿No podríamos apilar lente sobre lente y construir así un microscopio de tantos aumentos que nos permitiese ver objetos incluso menores que las bacterias, átomos por ejemplo?
Desgraciadamente, no. Ni siquiera utilizando lentes perfectas en perfecta combinación. La luz está compuesta de ondas de una cierta longitud (aproximadamente 1/20.000 de centímetro) y nuestra vista no podrá ver con claridad nada que sea más pequeño que eso. Las ondas luminosas son suficientemente grandes para «saltar» por encima de cualquier cosa menor que ellas.
Es cierto que hay formas de luz cuya longitud de onda es mucho más pequeña que la de la luz ordinaria. La de los rayos X es diez mil veces menor que la de la luz. Pero, por desgracia, los rayos X atraviesan directamente los objetos que tratamos de ver.
Más no hay que afligirse, porque también tenemos a los electrones. Los electrones son partículas, pero también pueden comportarse como ondas, Tienen una longitud de onda más o menos igual a la de los rayos X y no atraviesan los objetos que estamos tratando de ver.
Imaginemos que lanzamos un haz de luz sobre un objeto. El objeto absorbe la luz y proyecta una sombra, y entonces vemos el objeto por el contraste de la luz con la sombra. Si se proyecta un haz de electrones sobre un objeto, éste absorberá los electrones y proyectará una «sombra electrónica». Y como sería peligroso intentar poner los ojos delante de un haz de electrones, lo que hacemos es colocar una película fotográfica. La sombra electrónica nos mostrará la forma del objeto, e incluso sus detalles, si hay partes que absorben los electrones con más intensidad que otras.
Pero ¿y si el objeto es muy pequeño? Si estuviésemos manejando haces de luz, podríamos utilizar lentes para doblar dichos haces y aumentar el tamaño del objeto. Para doblar un haz de electrones no podemos utilizar lentes ordinarias, pero sí otra cosa. Los electrones portan una carga eléctrica, y esto significa que, dentro de un campo magnético, seguirán una trayectoria curva. Utilizando un campo magnético de intensidad y forma adecuadas podemos manejar un haz de electrones de la misma manera que podemos manejar uno de luz con ayuda de una lente corriente.
Lo que tenemos, en resumen, es un «microscopio electrónico», que utiliza haces de electrones exactamente igual que un «microscopio óptico» utiliza haces luminosos.
La diferencia es que los electrones tienen una longitud de onda muchísimo más corta que la luz ordinaria, de modo que el microscopio electrónico es capaz de mostrarnos objetos del tamaño de los virus, mientras que el óptico no.
Enviado por: Paco Beruga.
Autor: Isaac Asimov. Doctor en química. Rusia.
Editor: Ricardo Santiago Netto (Administrador de Fisicanet).